Aunque
varios estudios de laboratorio han utilizado frecuencias RF similares
a las que se utilizan en los teléfonos móviles, relativamente
pocos han empleado condiciones de exposición características
de las exposiciones típicas del hombre a los teléfonos
móviles o las estaciones de base. Muchas de ellas han evaluado
las respuestas fisiológicas y termoregulatorias, el comportamiento,
los cambios oculares, y las consecuencias adversas para la reproducción
después de la exposición intensa a campos RF/MW de
altos niveles.
Los estudios
In Vitro utilizan experimentos de cultivos de células
humanas o de mamíferos para evaluar la interacción
celular específica y el nivel de la interacción del
tejido entre factores en un medio muy controlado. Algunos factores
pueden variarse fácilmente con precisión y sumo cuidado
(e.g., el cambio de la duración de la exposición,
la temperatura o la intensidad) como una forma para determinar
las relaciones dosis-respuesta, los niveles límites del
efecto, y otros factores que son esenciales para comprender los
mecanismos de interacción cuantitativa (Cleary, 1996). La
desventaja de las pruebas in Vitro es que las células se
aíslan o se separan de los complejos sistemas del cuerpo.
Los estudios in Vitro proporcionan la comprensión de las
alteraciones fisiológicas potenciales en el nivel celular
básico debido a la radiación y otros efectos, y son
necesarios para la evaluación de los efectos para la salud
humana de la exposición crónica o a largo plazo a
campos EM.
Los estudios
In Vivo (en animales) se utilizan para evaluar los efectos biológicos de agentes potencialmente peligrosos
y proporcionan la oportunidad de conducir experimentos bajo condiciones
muy controladas que no son logística o éticamente
posibles con humanos. La extrapolación de evidencias de
toxicidad entre las especies puede ser limitada, pero la demostración
de toxicidad en una especie aumenta la credibilidad de un efecto
similar en otras especies (Siematycki, 1993). Sin embargo, los
estudios en animales no pueden contemplar muchos factores de la
exposición humana que tienen una base sociológica
o geográfica, como por ejemplo el uso personal del teléfono
móvil en diferentes situaciones. Puede parecer que
algunos experimentos sugieran un efecto adverso provocado por la
exposición a la RF, pero el resultado puede deberse más
al diseño del experimento que a la exposición misma.
Por ejemplo, Stang y colegas (2001) mostraron que la inmovilización
de los animales puede llevar a una respuesta de stress significativo
que puede ser erróneamente interpretada como resultado de
la radiación de la RF.
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